Que yo también lo veo.
Que cuando cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.
Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices, el sitio donde lo tienes que tocar para conseguir que se ría, y también lo de sus caderas...

[ÉL]
Porque si sabes cuales son tus objetivos,
levanta del sillón y ve a por ellos.

No dejar de sonreír.                                          

Lo bonito es darme cuenta día a día, de que llevas tanto tiempo aquí, que ni siquiera recuerdo cómo era todo esto antes.

[ÉL]
He llegado a ver como mi suelo se contamina,
he vivido circunstancias que quizás no se imagina.
Quizás no sabe... cuántas veces llore yo,
pero en silencio... a mí nadie me vio,
y es entonces cuando sientes
que quedan muchas verdades por decir
pero no importa de repente
hoy estoy en el presente que yo mismo construí.

[ÉL]
Tienes tus metas claras, sientes que son esas y lo mas importante, sientes que quieres hacerlo.
Hay una parte de ti que constantemente impide, no el hecho de que no llegues a dicha meta, sino que ni consigas dar un paso.
Pero puedo decir, que he aprendido a base de lágrimas, que si se quiere se puede, y yo quiero.

Jugaré en la arena siempre que pueda, pero jamás dejaré un sueño apartado en la orilla, porque el mar se llevaría los recuerdos que te nombran, el deseo que te llama, el suspiro que no termina y la llave del lugar donde guardo el anhelo de tenerte.

[ÉL]
Contemplar tus ojos iluminados por el brillo del agua,
hace que el lugar más visitado, se vuelva mágico.

La noche guarda nuestro secreto.

[ÉL]
Y perdido en un gran laberinto llamado la vida,
encontró su depósito de queso.

Y esa forma única de camuflar, de mentir. Esa capacidad de hacer que me acerque a ti. De que te odie con todas mis ganas, y que poco después, sólo un poco más, no pueda pensar en otra cosa que no sea en encontrar la manera de hacerte reír. De hacer que tenga miedo, miedo de ti, miedo de mi. Miedo de todo lo que nos une, pero sobretodo, miedo de todo lo que nos separa. Porque no sé aún cómo decirte que me haces pasar por todas y cada una de las letras de un simple mensaje, de revisar cada punto, cada coma, en busca de... La verdad es que no sé de qué, supongo que en busca de un sentimiento compartido, una idea, una especulación. Porque podría estar noches enteras sin dormir, sólo para escucharte respirar.
En búsqueda de un "te quiero" que pueda significar algo más... Algo más, que tontería.

Cuando no tienes nada que perder el siguiente paso es ganar, esa es la visión positiva de quien sabe que lo bueno de estar en franca desventaja es que no te puedes aferrar a nadie más que a ti mismo, como la inevitable ley de supervivencia, donde quien gana es el más fuerte, y a la que yo le agrego: el más fuerte, o el que no tiene nada que perder.

No te molestes en negar, que te avergüenzas de mí.

"Cuando dejas atrás tus temores... te sientes libre"

Las cosas no siempre salen como uno quiere. Una sonrisa y continuamos. 

(ÉL)
Exactamente 45 minutos son los que quedan para ir a buscarte,

en el lugar de siempre a la hora de siempre,

y siento lo mismo que sentí la primera vez que lo hice.

Bonito sentimiento... el de no dejar las buenas costumbres.

Pensar que al fin encontraste el amor, cuando en realidad el amor te encontró a ti.

(ÉL)
Quiero contarte un cuento.
Empieza con un bello y único, pero a la vez complejo inicio.
Un prólogo lleno de momentos únicos, disfrutando de los buenos, aprendiendo de los malos.
Y un final... el cual los dos protagonistas irán escribiendo.

Nuestra obra, cariño.

Y callé por entonces, bien segura de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí...

Y son aplastantes las ganas de saber por qué las cosas son así. De saber si el destino realmente existe. De saber qué viene después. Pero suena bastante bien eso de dejarse llevar, y es lo que haré. Un día lento, un día más rápido, un día me caigo, otro estoy arriba, otro me precipito de nuevo, y otro, lento otra vez. Pero dejarme llevar.

Hay cosas que no podemos explicar con simples palabras... Cosas como seguir vivos. Sentimientos como el amor y el compromiso. O sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizás por eso nuestra vida se compone de imagenes. Momentos congelados en el tiempo para Siempre. De decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas. De fotografías fijas... guardadas en la memoria, que nos recuerdan cada segundo lo increíble que es vivir. Y que son capacez también de recordarnos que nuestros momentos más importantes, están compuestos por pequeñas casualidades, que aparecen, así, sin más, y que parece que no cambian nada, pero que en realidad le dan una vuelta completa a tu vida.

Dos minutos no serían suficientes. Tengo realmente ganas de ti.

Es sencillo, no todo es lo que parece. 

Pero basta con recordar el sabor a tí, siempre tan diferente; un día dulce, otro amargo... para dejar de preguntarme a mí misma qué estoy haciendo con todo esto. Para olvidar por dos, quizás tres minutos qué camino quiero o debo tomar. 

Olvídate de todo lo que fui, y quiéreme por lo que pueda llegar a ser en tu vida, tan loca y absurda, como la mía... 

Cuenta algo y se ríe, y todos se ríen también, mientras yo, sola, me quedo en silencio y lo miro. Éste es el momento que tanto he esperado, y ahora estás aquí, frente a mí. Pero te comparto con otras personas, incluso me pregunto si tendré todavía una parte de ti como para poder compartirte. Todo lo que era mio, ahora está aquí, y por un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, lo que hubiera querido mostrarte, pero que no pude. Todas las veces que te necesité, todas las veces que quise, una vez más, sentirte.

PUEDES CONTAR CONMIGO. 

El amor parecía algo anónimo...
pero estoy segura de que nunca lo fue.

Déjalo. Deja que descubra un mundo nuevo sin ti. Deja que se equivoque, que busque en otras lo que no encontró en ti. Dejalo que bese, que se relacione, que tenga nuevas parejas, o que experimente cosas que no hizo contigo. Deja que toque otro cuerpo, que haga el amor, cuándo, cómo y con quien le de la gana. Dejalo que falle, que llore y que ria hasta que no pueda parar. Dejalo que sueñe, que tenga celos de otra persona que no seas tú. Dejale que haga su vida. Dejale alas, y no le busques por mucho que te duela, no es tuyo. Será difícil, pero quedarán en tu memoria los recuerdos de lo que un día fue, y ese, te aseguro, que es el mejor regalo.