31 diciembre 2011

Contra las Relaciones Sentimentales.
Pensión compleja.

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse.
Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.
Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.
El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño para sentirse incomodo, ni demasiado grande como para meter mentiras. Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.
El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reirte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.
No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.
Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.
Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.
Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofa de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirme a mi. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.
El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo al principio alguna reforma en fachada y estructura.
Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.

-Risto Mejide.

19 diciembre 2011

[ÉL]
En las cumbres mas desconocidas hemos puesto nuestros mejores momentos,
en los mejores momentos hemos dejado el mejor recuerdo,
y esos mejores recuerdos, nos los contaremos el día de mañana tu en tu lado y yo en el mio de la cama.
Lo sé, lo sabes, lo sabemos, sin más.
Tu mano agarrando mi mano, el calor de tu cama, tu mirada en la mía... Tus ojos que se van cerrando, un beso en la frente... Acaricio tu pelo (me gustas más despeinado), la comisura de tus labios que se curva, una de esas increíbles sonrisas alegrando tu cara... Mi ojo en tu nariz, mi nariz en tu ojo, cosquillas con las pestañas. Yo siendo esquimal de tus sábanas, me pierdo, y te beso la espalda... En la mano una coleta, y la coleta en el pelo. Tuya. Mio. Y lo demás, por un momento, ya no existe... Tus costumbres, tus gestos, tu mitad en mi corazón. Tus manos en mis cachetes, besarte los dientes, la forma en la que me cuidas...


Oye, que tengo un presentimiento. 
Te lo cuento... Creo que voy a morir amándote.

13 diciembre 2011

Querido "nadie":
Estoy cansada.
Creí que era yo la incomprendida por decisión propia, como en uno de esos días tibios en que la gente siente un impulso irrefrenable por salir y sentir el sol en la piel, después de soportar el frío durante demasiado tiempo. Como si fuera yo la que se quedaba en casa, con una manta que aplaste, una película para amas de casa de estas de Antena 3, y (aunque suene típico) un helado de chocolate en la mano, y una cuchara en la otra, mientras el resto del mundo lo pasaba bien fuera, o al menos, lo intentaban.
Creí que podría dejarlo pasar, que llegaría ese momento en el que parecería que todo iba sobre rieles. Sólo por un momento, creí que podría acostumbrarme a la quietud que me otorga el sentirme incómoda y creer que son los demás los que no van acordes conmigo. La quietud de preguntarte cada día si las cosas malas que pasaron y que pasan... eran realmente tan malas. Creí que era yo la que no se equivocaba.
Creí, creí, creí, creí y creí. Y me di cuenta de que estaba equivocada, porque creí lo que me apetecía creer.
Quizás no puedes llegar a entenderme, "nadie", pero prometo que lo he intentado hacer lo mejor que he podido.
Pensemos en lo que me han hecho sonreír estas semanas; unos cuantos chistes malos, un abrazo mañanero de esos que me da a veces Ella que me hacen sentirme pequeña otra vez, que Él me abrace y ver en sus ojos justo lo que necesitaba ver, verle sonreír (juro que no hay palabras para describir tan increíble sensación), y caminar y oír en mi cuello la cadena, como si fuera un cascabel que me quiere recordar siempre que están ahí, y que me hagan sonreír y me recuerden a Él.
Son malos tiempos para los soñadores... o quizás sólo sea que necesito mimitos de los que sólo tu puedes darme y aquel helado que mencioné antes...
Querido "nadie", gracias por escucharme (otro día más).
Buenas noches.

08 diciembre 2011

Tomar decisiones permanentes por culpa de emociones temporales...


PD: Sé que lo vas a leer.
PD2: Te seguiré buscando. Lo haré siempre.

06 diciembre 2011

Pero algo me golpea y caigo al suelo.
Estás pensando en qué has hecho mal y si tienes la culpa.
Pero yo sé que no. No es culpa tuya.
Y me doy cuenta de que es totalmente inútil,
y me levanto con las pocas fuerzas que me quedan,
y mi corazón se dispara,
y me parece ya casi normal que esté a este ritmo,
y...

03 diciembre 2011

[ÉL]
Nunca me habían quitado el frío de esta época,
de una forma tan especial.

01 diciembre 2011