14 abril 2011

Aquí van las palabras que nunca te digo. Las que se me meten en la cabeza, y me hacen un dique en el pecho. Las que me hacen llamarme idiota a mí misma. Las que muestran mi debilidad.
Las malditas, las ajenas, las cobardes. Las que pierden deliberadamente mi escaso tiempo de vida, las que me hacen quedarme con ganas de más. Las que, a fin de cuentas, sólo me atan a mí misma.
Aquí van las palabras que nunca te digo. Las que se me asoman a los labios cuando sonríes así, cuando me dices “adiós” a los ojos. Las que querría reír en algún sitio no muy lejano a tus brazos. Las que me hacen errante. Las que nunca me olvidan. Las que nunca me dijiste, allá cuando te soñaba en voz alta. 


Las que nunca, lo sé cierto, te diré.

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